La protección de los derechos de autor es un tema que siempre ha preocupado a la industria editorial y que se ha convertido en un punto clave para quienes incursionan o ya tienen sus contenidos en canales digitales.
La pregunta que hoy nos hacemos es: si los métodos que usamos para proteger y gestionar la entrega de estos contenidos es la adecuada y cómo han evolucionado los DRMs (Digital Rights Management) para ofrecer alternativas más amplias y nuevas funcionalidades de acuerdo con las necesidades que surgen en el sector editorial.
Hoy, considerar un DRM para poner los contenidos en escenarios digitales sigue siendo relevante y casi mandatorio ya que la protección de la propiedad intelectual y el control de la distribución sigue siendo un proceso que las editoriales o autores independientes no pueden dejar a un lado para la comercialización de sus contenidos.
¿Son anticuados los DRMs?
Para llamar “anticuados” a los DRMs aún falta camino y para hablar de una verdadera disrupción en los sistemas de protección de contenidos digitales, deberíamos incursionar en temas como la apropiación en esta industria de recursos como los NFTs: tokens digitales únicos y no intercambiables que hoy se usan en otros escenarios como el arte y la música y que representan la propiedad de un contenido digital. Los NFTs se registran en una cadena de bloques (blockchain) y se pueden comprar, vender y poseer como cualquier otra forma de propiedad. Este sistema no protege directamente la propiedad intelectual o los derechos de autor, pero pueden ayudar a los creadores a rastrear y controlar la distribución de sus obras.